La UP y la música nuestra
El Programa de la UP desarrolla armónicamente las premisas materiales para avanzar hacia la liberación nacional y las metas culturales y espirituales que dan el sentido humanista de nuestra propuesta. Por eso la música está presente en el Programa.
La música siempre ha sido compañera inseparable de cada revolución y de cada esperanza. Artigas, entre los artículos de primera necesidad, pedía para su campamento, “cuerdas para los músicos de bordonas”
Y mucho más atrás aún, antes de que existiera en el Planeta la lucha de clases, la música fue un atributo infaltable de cada colectivo.
En las comunidades originarias, el lenguaje humano dio origen al pensamiento abstracto. El salto cualitativo de instintos a sentimientos elevados se materializó en las expresiones rupestres, artesanales y musicales. En la música, primero fue el ritmo, copia de los ritmos de la naturaleza. Luego fue la melodía, imitación de los animales alados, portadores de espíritus. La música fue religión en su sentido primitivo de “religare”, de religar a la comunidad con su entorno. Combinada con el baile grupal, la música fue también fortalecedora de los lazos internos del colectivo.
Desde la Antigüedad, el Terrorismo de Estado hizo de la música marcial un, elemento de dominación. Los Estados que buscaron soberanía hicieron de esa misma música una exaltación de la libertad.. Pero “el cantar opinando” fue siempre la expresión principal de los movimientos libertarios. Si la música campesina fue trinchera de defensa de la identidad, el canto obrero fue una llamarada subversiva. En nuestro país, la música nativista en su origen fue expresión de rebeldía, el candombe fue resistencia cultural, y la murga verdadera supo ser canto obrero y rebelde.
Alguien podría haber pensado que el Programa de la UP estaría lejos de estos temas. En realidad, dejaría de tener sentido sin ellos. Por supuesto, en los primeros capítulos se habla de las premisas materiales que posibilitarán una propuesta cultural popular, y se habla de Educación. Recién en el punto 32, se afirma:
“Un ser humano culto es un ser humano libre”.
“La Cultura es la gran creadora de conciencia, la que desarrolla el espíritu crítico, convirtiéndose, así, en la base de la creación del Poder Popular, que es en definitiva el más importante y pleno ejercicio de la Libertad”.
Y se enumeran a continuación una serie de medidas de las que destacamos:
“32.5-Distribución ecuánime, democrática y estrictamente controlada de los fondos públicos asignados al trabajo artístico, como forma de impedir que los mismos se destinen al pago de favores políticos a los artistas.
32.6-Libertad de expresión e igualdad de oportunidades en todos los ámbitos de expresión estatales.
32.7-Jubilación digna para los artistas.
32.8-Reactivación de centros culturales barriales
.32.10-Debe cuestionarse profundamente la cultura dominante que tiene como centro los EE.UU, pero que es compartida por las cúpulas de casi todo el planeta y que fomenta el consumo, la violencia. Proponer un nuevo modelo cultural complementario del modelo educativo que incluya desde la niñez el desarrollo de su motricidad y su sentido estético (plástica, música y poesía). Fomento del Estado a las estructuras de autogestión culturales. Medios de difusión al servicio del debate cultural. Intercambio con todos los países del mundo para el debate cultural.
32.11-Es imprescindible la generación de movimientos culturales que provengan de los sectores desfavorecidos y violentados por el sistema social. El rescate de la identidad y la diversidad cultural de las comunidades, mediante procesos autónomos y colectivos. Donde lo principal sea el encuentro con la cultura, la historia y transformación” (…)
Creo que, desde 1815, nuca tuvo nuestro pueblo un Programa tan artiguista, tan esencial. Que el Verbo se haga carne, como decía San Juan, hacer del Programa carne y entraña en nuestro pueblo, es el llamado de la hora.
(*) Maestro e historiador, candidato a la Presidencia de la República por Unidad Popular.
