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Por izquierda no nos corre nadie


Bajo este título escribió Gustavo López, candidato a la Vicepresidencia por la Unidad Popular (lema Asamblea Popular), una columna en el diario La Juventud que compartimos a continuación.

Las distintas corrientes del pensamiento revolucionario discuten hace más de un siglo acerca de la pertinencia de participar en procesos electorales.

Este debate integra dimensiones filosóficas, y otras de orden táctico o circunstancial, es decir, es perfectamente admisible que en cierta coyuntura se participe de elecciones en el marco de la democracia formal y en otras circunstancias políticas e históricas se resuelva no participar.

El marxismo y el anarquismo representan dos corrientes que confrontaron argumentos en relación a estos temas a lo largo del devenir histórico social.

Otras corrientes vinculadas al reformismo, han absolutizado la acción electoral convirtiéndola en el único vehículo de la practica política.

Estas corrientes, esconden su cobardía política y su falta de confianza en las masas organizadas y por tanto reducen su accionar a la fantasía onírica de humanizar el capitalismo.

En las primeras décadas de siglo XX Lenin en Rusia y Rosa Luxemburgo en Alemania emprendieron la tarea de derrotar en el terreno teórico y en la praxis al gradualismo reformista representado por Berstein entre otros. Ambos revolucionarios en condiciones particularmente distintas demostraron que no se puede tener ninguna esperanza en la democracia burguesa y que es preciso que las clases subalternas luchen por arrancarle el poder a las clases dominantes, “salvo el poder todo es ilusión” sentencio con prístina claridad Lenin.

Al interior de las corrientes marxistas se procesaron múltiples debates desde los tiempos de la Comuna de París. Para nosotros no es correcto confundir participación popular con elecciones formales.

No obstante, en las específicas condiciones de esta época y de nuestro país, consideramos un error e envergadura histórica no participar en las elecciones.

Solo desde una enorme incomprensión de cuál es la etapa actual de la lucha de clases en el Uruguay y cuál es la correlación de fuerzas existentes se puede afirmar que no vale la pena votar en los próximos comicios de octubre.

Algunos queridos y estimados compañeros con quienes compartimos años de militancia vienen desarrollando una “campaña” en favor del voto en blanco o anulado Sin entrar en consideraciones técnicas acerca de quién es el beneficiario final de esos votos, pretendemos fijar con claridad nuestra posición.

Distinguimos esquemáticamente dos grandes grupos de compañeros en esta posición: por un lado un conjunto de compañeros honestos a los que todavía no hemos podido convencer de que vale la pena votar a un programa de izquierda y a una fuerza política de luchadores como la nuestra, con esos compañeros tenemos que seguir interactuando con respeto y paciencia.

Por otro lado, hay compañeros que sostienen que “votan luchar”, y que la democracia burguesa no sirve para nada, En relación a lo primero debemos decir que nosotros votamos y luchamos y que esa falsa y antidialéctica contradictorio no nos incluye, en cuanto a lo segundo, chocolate por la noticia, no hay ninguna novedad teórica en comprender que la democracia del capitalismo es la democracia de los ricos contra los pobres.

Que un diputado no cambia nada no es cierto, una voz digna en el terreno enemigo, un verdadero tribuno popular puede ser decisivo y propiciar mejores condiciones para el campo popular, podríamos poner un millón de ejemplos a este respecto.

Solo pensar en el rol de Germán Araujo en la lucha por los derechos humanos, o el papel de Sarthou, nos ahorra más comentarios.

La verborragia de izquierda sin vínculo con las masas, la vocación de izquierda bosai, es decir perfecta pero en miniatura, no es nuestro camino.

Los impolutos teóricos, que ven el mundo desde la torre de los panoramas, los que creen que la política es como un certamen filosófico en donde gana el que tiene razón al margen de la lucha siempre contradictoria y compleja, podrán tener las mejores intenciones pero a nuestro juicio no están contribuyendo al necesario proceso de reconstitución de la izquierda en el Uruguay.

Nuestros Diputados no serán el adorno de izquierda del parlamento sino que serán auxiliares de la lucha social y política, y por sobre todo serán compañeros que vivan y sientan como trabajadores y estén dispuestos siempre a correr la misma suerte de los que luchan y resisten.

Octubre es un estación importante en nuestra camino, la unidad de lo que luchan tiene que trascender Octubre, pero es preciso debatir con claridad. Hay sectores que parapetados detrás de un discurso de izquierda esconden un inadmisible sectarismo.

Siempre creímos que en el debate de ideas hay que ser fraterno pero también franco y frontal, en mi opinión, (y no estoy comprometiendo a nadie mas que al que suscribe) intentar colocarse a la izquierda de la UNIDAD POPULAR, no solo es un error, es también una irresponsabilidad política.

En la actual coyuntura, a la izquierda de la UP lo que hay es un abismo y el que se coloque en ese lugar se cae.

¡Por la izquierda no nos corre nadie!!!

Decimos sin reservas: queremos diputados y no renunciamos a la lucha por un mundo de los trabajadores.

Gustavo López

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