Analizando nuestro programa (VI)
Los primeros puntos del Programa de la UP llaman a romper con la dependencia financiera y con el sometimiento a las trasnacionales saqueadoras. Allí se afirma que esta lucha por la soberanía necesita un cambio radical en las políticas impositivas, y en la tenencia, usufructo, y cuidado de la tierra y el agua. El punto 7 plantea que este proceso de restauración y desarrollo exige también una industrialización con recursos propios.
El resto del Programa se refiere a la concreción práctica de estas aspiraciones, área por área, y al nuevo horizonte que abrirán estas medidas (y la consiguiente legislación) para los derechos del pueblo y especialmente de sus sectores hoy más oprimidos y discriminados. Seguridad Social, Sistema Único y Estatal de Salud, Educación Popular, premisas para la seguridad ciudadana, todo está detallado en el Programa, cada punto aflora en su necesaria conexión con los demás.
El Programa también nos hace comprender el sentido de las acciones prácticas que ya hemos emprendido y de las que nos planteamos emprender. Para nuestra acción parlamentaria, por ejemplo, el Programa es una guía permanente para que cada logro sea un peldaño que nos impulse, que impulse la decisión y la acción popular hacia nuevas metas del camino necesario que hemos emprendido.
Pero deseo destacar algunos puntos en especial. Me refiero en primer lugar al tema ambiental y en segundo lugar al complejo “Educación – Ciencia y tecnología”.
La amenaza ambiental planetaria es fruto del Capitalismo y su barbarie. Cuando se encendió el alerta mundial, el Capital buscó disimular culpas, y pretendió que se tratara cada problema por separado. El capital incluso financia ONGs y movimientos y partidos “ecologistas” que operan sólo sobre las consecuencias más visibles, predicando una vida sana. El capital también organiza eventos sobre el Cambio Climático y sobre la penuria alimenticia. Pero sabe que nada va a cambiar, porque no renuncia a su saqueo de exterminio y porque los gobiernos cómplices lo apoyan por limosnas.
El desafío para un Programa de Liberación Nacional es no caer en un ecologismo extremo, que se vuelve paralizante para atender las crecientes demandas sociales, y al mismo tiempo proteger los recursos para garantizar calidad de vida y vida con calidad para las nuevas generaciones. Implica hasta un debate sobre Seguridad nacional para la defensa de las fronteras y de los recursos naturales.
Nuestro Programa plantea claramente que no hay protección ambiental posible sin liberarnos de las cadenas financieras y económicas que nos oprimen. Reclama la interacción interdisciplinaria entre los centros de formación e investigación, y su intercambio horizontal con las propuestas ambientales que surgen del conocimiento práctico y teórico de los trabajadores organizados. El cuidado ambiental exige romper el servilismo actual de las instituciones de contralor ambiental que se someten al dictado al interés de las trasnacionales, instituciones estatales que miran para otro lado mientras nos saquean y humillan nuestra dignidad.
Nuestro Programa plantea la lucha ambiental por la tierra, por el agua, por el subsuelo y por la soberanía sobre nuestra plataforma marítima. El manejo sustentable de cuencas hace imprescindible nuestra coordinación con los pueblos de la región con los que compartimos el mismo Ecosistema.
En síntesis, en cuanto al problema ambiental, nuestro Programa construye nuestra trinchera local para la gran batalla anticapitalista de los pueblos del mundo, la batalla final por su supervivencia, por la supervivencia de la Humanidad.
(*) Maestro e historiador, candidato a la Presidencia de la República por Unidad Popular.
