top of page

Imperialismo yanqui: ideología, propaganda y acción (I)

En el siglo XIX el Modo de Producción Capitalista se volvió el dominante en tres continentes y se expandía por el resto del Planeta. Frente a los reclamos obreros y ante la resistencia campesina, la propaganda oficial recomendaba paciencia, porque “Estamos todos en el mismo barco. Si el país anda bien, los capitalistas pagarán mejor, y las oportunidades de ahorro y capitalización propia llegarán cada vez a más personas”. Para los que desconfiaban, emigrar a “América” era su oportunidad de volverse capitalista trabajando, Era el Sueño Americano. Los EU de América eran un Estado de origen y perfiles singulares. En un proceso que empezó en el siglo XVI, los conquistadores británicos habían expulsado de allí a los franceses y empujaban al Sur a los españoles. A esa posesión británica habían llegado peregrinos puritanos a labrar la tierra, y llegaron masones a poseerla y e introducir esclavos. Los puritanos eran cristianos fundamentalistas. Seguían las enseñanzas de Calvino, quien despreciaba el culto pomposo de católicos y anglicanos, y aconsejaba virtud, sumisión y recato. Gobernando en Suiza, aquel reformador piadoso y fanático había llevado a la hoguera a Servet por sus ideas diferentes. La vida puritana en las colonias británicas se basó en el trabajo familiar y el pensamiento más conservador y represor. Por su parte los masones buscaron romper los lazos comerciales con la metrópoli y hacer de las “Trece Colonias” un Estado Federal. Tuvieron estrategas formidables como Washington y Jefferson, y sabios como Benjamin Franklin. Siempre fueron apoyados económica y militarmente por el Rey de Francia, debido a la rivalidad de éste con la Corona Británica. Este apoyo del Rey llevó después a los gobernantes norteamericanos a apoyar a la Monarquía Francesa contra la revolución Popular de 1789. Una cosa fue la Constitución norteamericana que tanto apreció Artigas a la distancia, y otra cosa la conducta traicionera y expansionista, que advirtió Bolívar en esos mismos años. Por 1865 el Norte industrializado derrotó al Sur algodonero y todavía esclavista, e impuso el Modo de Producción Capitalista y el proteccionismo industrial. Ya a finales del siglo XIX las garras del monstruo eran inocultables. Se tragó la mitad de México, e hizo la guerra a España para apoderarse de Cuba y Filipinas. En lo interno, alfabetizaba inmigrantes pobres en el Este y exterminaba cruelmente a los pueblos originarios en el Oeste. La expansión de las granjas y la extracción del oro se hicieron sobre los cadáveres de cientos de miles de indígenas. Fue José Martí quien mejor denunció su verdadera naturaleza, y quien escribió mejor sobre los mártires de Chicago, de cuyo juicio falseado y de cuyo ajusticiamiento fue testigo. Señal clara para a los trabajadores inmigrantes: no vayan a creer demasiado en el Sueño Americano. En el siglo XX, el capitalismo pasó a su fase imperialista. Los monopolios, que fueron los dinosaurios de las trasnacionales, globalizaron la explotación y la plusvalía empezó a llegar anegada en sangre tercermundista. USA se adaptó de inmediato a esta fase y pasó a ser una potencia imperialista más, con posesiones hasta en lejanas islas del pacífico y con control creciente sobre países latinoamericanos (hasta hoy ocupa el territorio cubano de Guantánamo). Pero la propaganda sobre el Sueño Americano seguía seduciendo y seduce a vastos sectores de los pueblos más pobres del Planeta. El largo juicio amañado contra los obreros Sacco y Vanzetti (nueva advertencia brutal a los inmigrantes) coincidió con los años dorados del Charleston, que era la imagen postal de una sociedad alegre y llena de oportunidades para todos. USA sufrió la depresión del 29 y se levantó con el apoyo estatal que se le dio a la industria nacional en tiempos de F D Roosevelt, con fuertes inversiones sionistas, además, en sus bancos y sus industrias. Intacto en la Segunda Guerra Mundial (sus muertes fueron en el Pacífico y en Italia), asesino impune de población civil con armas nucleares, USA salió de esta Guerra como líder de todo el capitalismo y máxima potencia mundial en lo financiero y en lo militar. Siempre inventa un enemigo para justificar sus agresiones. La razón de ser de sus políticas agresivas (¿cómo lo aguantamos?) es proteger los intereses de los ciudadanos “americanos” en cualquier parte del mundo en el que su Gobierno entienda que están amenazados. Así, el concepto de “raza superior” de Hitler, es sustituido por el concepto de “ciudadanía superior” de USA, para justificar las agresiones más terribles. Hoy USA cuenta con herramientas tecnológicas muy poderosas para ejercer su soñado dominio mundial, pero las cosas no le están saliendo bien del todo. Cómo y por qué, eso deberemos analizarlo detenidamente; porque nos va la vida en entenderlo.

(*) Maestro e historiador, candidato a la Presidencia de la República por Unidad Popular.

Entradas destacadas

Canal  UNIDAD POPULAR

TELE.png

   ¡SEGUINOS EN

NUESTRAS REDES!

  • Facebook
  • Twitter
  • Instagram
  • YouTube
bottom of page